Brechas de género en el empleo en Castilla-La Mancha a escala municipal
El empleo masculino supera al femenino en la mayoría de los municipios de Castilla-La Mancha, una brecha de género que afecta al 93% de la población activa total regional. Esta brecha en general es ligera, aunque muy heterogénea. La diferencia entre sexos en la contratación es 22 puntos porcentuales como media para los municipios. Esta forma de discriminación de las mujeres en el acceso a un puesto de trabajo es muy marcada en los sectores de Agricultura, Construcción e Industria, y aumenta la brecha en la ocupación regional existente. Son algunos resultados del proyecto de investigación BRELA-CLM, realizado por la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible con apoyo del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha. Revela, además, que existen algunos municipios con una mayor proporción de mujeres que hombres que acceden a un empleo, sobre todo en Guadalajara y Cuenca. Gracias a los visores cartográficos, cualquiera puede conocer la variación geográfica de la brecha de género en el empleo total y por sectores de actividad en Castilla-La Mancha. Disponer de este conocimiento es esencial para hacer visible esta realidad y promover la igualdad laboral, y en particular la inserción de las mujeres en el mercado laboral.
La creación de empleo debe ser consecuencia de un crecimiento económico inclusivo y sostenible, que impulsa un pleno empleo y el trabajo decente. Así lo define el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) nº 8 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que está conectado con la reducción de la pobreza (ODS nº 1) y la igualdad (ODS nº 5).
Cuando la contratación laboral conduce a un número desproporcionado de mujeres en una situación desfavorable, ya sea por una menor participación en el empleo, una mayor concentración en ocupaciones o sectores de actividad considerados femeninos o que tienen una menor retribución, o cuando perciben salarios inferiores por un trabajo igual o de igual valor que el masculino, aparecen diferentes formas de discriminación indirecta en el ámbito laboral.
La verdadera igualdad entre mujeres y hombres en el acceso al empleo significa ausencia de toda discriminación directa o indirecta por razón de sexo en el mercado laboral. Así lo expresa la Organización Internacional del Trabajo.
La realidad de una posible discriminación laboral de las mujeres en el acceso al empleo en los 919 municipios de Castilla-La Mancha es desconocida por la sociedad, las empresas y las Administraciones responsables de impulsar el empleo de la mujer y reducir las brechas de género.
La Fundación Matrix desarrolla el proyecto de investigación BRELA-CLM, subvencionado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha. Explora mediante indicadores y análisis cuantitativos la heterogeneidad a escala municipal de varios aspectos relevantes de la situación de la mujer en el mercado de trabajo regional. El objetivo principal es realizar un diagnóstico territorial de las brechas de género en el ámbito laboral. El fin es conocer y hacer visible una realidad que limita la participación y derechos de las mujeres, y contribuir a la igualdad de género en el acceso al mercado de trabajo.
El empleo está masculinizado, 22 puntos porcentuales de diferencia media entre mujeres y hombres
Se exponen a continuación algunos resultados de este proyecto. Complementan los expuestos en el artículo ‘Brechas de género en el desempleo en Castilla-La Mancha a escala municipal’. La fuente de datos del mercado laboral no es una muestra parcial de una encuesta poblacional sino que se refiere al conjunto total de los contratos laborales de la región recopilados por la Seguridad Social. Como se refieren a datos de 2020, un año laboralmente atípico, se ha estimado el valor medio anual del empleo de cada municipio desde los datos mensuales.
Se exponen a continuación una selección de los resultados de este proyecto y se ilustran con mapas, datos y ejemplos. Es una radiografía de una realidad estructural muy relevante en Castilla-La Mancha, si bien podría estar condicionada parcialmente por varias circunstancias socio-laborales y socio-demográficas asociadas a la pandemia de la COVID-19.
Desigualdad en el empleo
La tasa de contratación es un indicador que expresa la proporción de empleos creados en un municipio. Se ha calculado como el cociente entre número de contratos laborales y la población en edad de trabajar. Los nuevos empleos se derivan de la afiliación a la Seguridad Social en 2020.
La creación de nuevos empleos aumenta los ingresos de la población en edad laboral, contribuyendo al bienestar de las familias y social de Castilla-La Mancha. El incremento del número de personas ocupadas es un indicador de más inclusión social, y el aumento del empleo femenino de más igualdad de género.
Municipios con menos población y rurales también crean nuevos empleos
En 2020 se realizaron en promedio unos 90.000 contratos en Castilla-La Mancha, el 60% corresponde a hombres. La realidad es que el empleo está masculinizado en la región. Hay unos 18.000 hombres más que mujeres en promedio que acceden a un empleo en Castilla-La Mancha.
¿Cómo varía la contratación laboral entre municipios? La tasa de contratación promedio de municipios de la región es baja, 7,2%. Esto se refiere a los municipios con contratación laboral. En 139 municipios, el 15% del total, concentrados en Guadalajara y Cuenca, no hubo contratos.
En los nuevos empleos existen diferencias geográficas muy marcadas. En la mitad de los municipios predomina una tasa de contratación muy baja, igual o inferior al 5% de la población en edad de trabajar (PET). Es moderada a alta –supera el 15% de la PET– en sólo 57 municipios, el 6% del total.
INTERACTIVO – Visor cartográfico de brecha de género del empleo: visualizar el mapa pulsando el botón de pantalla completa
Como se aprecia en el visor de mapas adjunto, los municipios con una mayor tasa de contratación (superior al 15%) se concentran sobre todo en las provincias de Guadalajara y Cuenca. Dentro de ambas provincias, como en el resto del territorio, predominan municipios con tasas inferiores al 5%.
Por tanto, existen pocos municipios de Castilla-La Mancha con una creación de empleos muy acentuada en 2020 en relación a su PET. Entre estos municipios con más creación de empleo y más población, encabeza el ránking Toledo, con más de 10.000 contratos (el 44% de mujeres) y una tasa de contratación del 18% sobre la PET.
Los nuevos empleos de las mujeres se alcanzan con mayor intensidad que los hombres en el sector Servicios, pero con infrarrepresentación en los demás sectores
Los siguientes en el ranking de creación de empleos: Ciudad Real, con una tasa del 17% y unos 8.000 contratos (el 37% de mujeres), Guadalajara con una tasa del 12% y unos 6.500 contratos (el 47% de mujeres), y Cuenca, con una tasa del 11% y unos 4.000 contratos (el 42% a mujeres).
Albacete, también con más de 10.000 contratos (el 36% de mujeres), muestra una menor tasa de contratación que otras capitales provinciales (9%).
La realidad es que existen también yacimientos de empleo entre los municipios con un tamaño poblacional mucho menor que las capitales mencionadas o de tipo rural.
Dos municipios de la provincia de Guadalajara situados en el Corredor del Henares, y caracterizados por su desarrollo industrial, son ejemplos: Azuqueca de Henares (tasa: 9%; 2.200 contratos) y Marchamalo (tasa: 34%; 1.800 contratos).
Otros ejemplos son cuatro municipios de la llanura manchega dedicados a la agricultura, fundamentalmente el cultivo de vid y hortalizas, en las provincias de Albacete, Balazote (tasa: 47%; 748 contratos) y Alcalá del Júcar (tasa: 20%; 143 contratos), y de Cuenca, Las Pedroñeras (tasa: 12%; 774 contratos) y El Pedernoso (tasa: 22%; 174 contratos).
En las provincias de Guadalajara y Cuenca predomina una ligera feminización en la contratación laboral
Las Pedroñeras, ‘Capital del Ajo’, lidera la producción y exportación de ajo morado a nivel mundial, aunque en este municipio también es importante la viticultura, demostrando la importancia de la economía agrícola como nicho de empleo en los municipios rurales.
La Figura 1 muestra el valor promedio del índice de participación de cada sexo en el empleo, para cada tipo de contrato y en el conjunto de contratos. Manifiesta una acentuada segregación por razón de sexo en el empleo. El valor promedio de los municipios indica un empleo masculinizado en todos los tipos de contrato, con una brecha de 21 puntos entre la participación en el empleo temporal femenina y masculina, que se eleva a 32 y 34 puntos en los contratos indefinidos o convertidos a indefinidos. Para el conjunto de contratos, la brecha es similar a la de los contratos temporales (22 puntos), ya que este tipo de contrato representa el 92% del total.
Las brechas de género en el empleo y desempleo son las dos caras de la desigualdad laboral
Esta brecha promedio municipal refleja la extensión territorial de la discriminación femenina en el acceso al empleo, que supera a la brecha en el conjunto de la población ocupada regional. Por tanto, la desigualdad en el acceso está extendida por toda la región, no es un efecto estadístico de una desigualdad laboral local o de unos pocos municipios muy poblados.
Empleo por sectores
Este resultado global no representa de forma idónea la realidad, ya que existen diferencias muy acentuadas entre sexos y sectores en la participación de la población empleada. Para reflejar la variabilidad entre municipios se ha usado un indicador de desigualdad de género en el empleo. La Figura 2 muestra el valor promedio del índice de participación de los sexos en la contratación en 2020 en cuatro sectores de actividad económica.
Existe una segregación horizontal o división sexual del trabajo a tenor de las diferencias entre sexos en la contratación entre los sectores económicos que definen el mercado laboral. La Figura 2 muestra una desigualdad de género en la contratación, con signos diferentes respecto a la participación femenina según el sector. La contratación está muy masculinizada en los sectores Agricultura, Construcción e Industria: existe entre 20 y 60 puntos de brecha promedio en los municipios en la contratación anual. Estas brechas de género son mucho más acentuadas que las brechas en la población ocupada regional total en estos sectores.
En cambio, la contratación en el sector Servicios es cuasi-paritaria, con apenas 10 puntos de diferencia a favor del sexo femenino. Contrasta con la participación de los sexos en la población ocupada regional total en el sector Servicios, muy feminizado. A nivel regional aglutina el 70% de la población empleada femenina y el 40% de la masculina.
Las mujeres acceden al empleo en mayor proporción que su empleo total en el sector Servicios que los hombres, mientras que existe infrarrepresentación en los demás sectores
Los indicadores de desigualdad en el conjunto de contratos, y en particular en los de tipo indefinido y convertidos a indefinido, y en el acceso a empleos en Agricultura, Construcción e Industria, manifiestan dos hechos claros. En la contratación actual en Castilla-La Mancha se mantiene una clara discriminación general en el acceso al empleo de las mujeres y una segregación laboral sectorial a empleos no dominados hombres. Esta realidad en gran parte es consecuencia probablemente de los estereotipos y roles de género que discriminan el acceso laboral de las mujeres a muchos puestos de trabajo en la región, como en general también se ha observado que ocurre en el desempleo.
Brecha de género en el empleo
Se ha explorado un indicador de discriminación indirecta a nivel municipal, el índice de concentración de la contratación entre la población de hombres o mujeres en edad de trabajar (16 a 64 años). La población en edad de trabajar no tiene en cuenta que las personas busquen empleo o no. Permite una comparación de las diferencias entre sexos en el acceso al empleo para identificar la posible desigualdad. Es un indicador apropiado equivalente a la tasa de empleo, pero restringido a la ocupación creada en el año 2020.
La brecha de género en la contratación es la diferencia entre los índices de concentración en el empleo masculino y femenino. Si el valor de esta brecha es negativo indica que el empleo tiene mayor proporción de mujeres (empleo feminizado), y si es positivo, mayor proporción de varones (empleo masculinizado). También se puede calcular para el empleo en diferentes sectores de actividad económica.
El mapa de la brecha de género en la contratación expresa una heterogeneidad entre municipios (ver mapa del visor de la brecha de género del empleo). Casi el 60% de los municipios –con contratos en el año estudiado– presenta una masculinización en la contratación, si bien en la mayoría es ligera o muy ligera a moderada, y solo un 5% presenta una masculinización alta (superior al 15%). La ligera masculinización en los nuevos empleos predomina en el territorio regional, excepto en Guadalajara y Cuenca. En estas dos provincias, que concentran los municipios con menor tamaño poblacional de la región, predomina una ligera feminización en la contratación laboral, si bien salpicada de algunos municipios con una feminización o masculinización intensa.
Los nuevos empleos están muy masculinizados en Agricultura, Construcción e Industria, más que en el conjunto de la población laboral de estos sectores
El conjunto de municipios con masculinización del empleo representa una población de casi dos millones de habitantes (90% del total regional), y afecta al 93% de la población activa total regional.
Ejemplos de una masculinización intensa en los nuevos empleos son los municipios mencionados de Bazalote (brecha: 40%) con 538 hombres vs. 200 mujeres y El Pedernoso (brecha: 13%) con 113 hombres vs. 61 mujeres, así también el albaceteño Montealegre del Castillo (brecha: 18%) con 155 hombres vs. 40 mujeres. Con una menor masculinización en los contratos tenemos a Ciudad Real (brecha: 9%) con 5.167 hombres vs. 3.096 mujeres, y Las Pedroñeras (brecha: 7%) con 495 hombres y 279 mujeres.
Dos casos de empleo feminizado son Marchamalo (-16%), con 705 hombres vs. 1.085 mujeres, y Ontígola (brecha: -16%), municipio toledano próximo a Aranjuez, cuyas actividades económicas principales son Servicios y Construcción, con 445 hombres y 559 mujeres.
Brecha del empleo por sectores
¿Varía la brecha de género de la contratación por sectores de actividad entre municipios? Como se aprecia en los mapas del visor de la brecha del empleo por sectores, en la mayoría de los municipios de Guadalajara, en los del norte de Toledo y la mayor parte de la provincia de Cuenca existe una feminización en la contratación en Agricultura, es decir, más empleo en este sector de mujeres que hombres, en general hasta 20 puntos porcentuales más.
INTERACTIVO – Visor cartográfico de brecha de género del empleo por sectores de actividad: visualizar el mapa pulsando el botón de pantalla completa
En el resto de municipios, incluyendo otros salpicados en el área mencionada, predomina la masculinización intensa a extrema en la contratación en Agricultura, con numerosos municipios con una diferencia de 20 a 60 puntos porcentuales más de contratos de hombres que de mujeres. La masculinización en el empleo en este sector es muy extrema en algunos municipios de Guadalajara y Cuenca, donde superan los 80 puntos.
La mayoría de los municipios muestra una brecha en la contratación en Construcción de signo positivo, es decir, es un sector con empleo masculinizado, en general con brechas de hasta 20 puntos más. Guadalajara y Cuenca presentan numerosos municipios con una feminización ligera a moderada del empleo en este sector, si bien existe un conjunto reducido de municipios con una masculinización del empleo intensa a extrema, con brechas de 40 puntos o más, que en algunos casos superan los 80 puntos.
En Castilla-La Mancha predomina la discriminación de las mujeres en el acceso al empleo y a empleos en sectores masculinizados
En Industria existe un cierto equilibro en esta brecha de la contratación entre municipios. En cambio, la brecha del empleo en Servicios muestra una intensa a extrema feminización. En la mayoría de los municipios el peso del empleo femenino supera al masculino en más de 40 puntos porcentuales.
En Guadalajara y Cuenca hay numerosos municipios con una brecha del empleo en Servicios que supera los 60 puntos y hasta los 80 puntos. Curiosamente, en estas provincias hay un conjunto pequeño de municipios con una brecha de signo contrario, con una excepcional masculinización en los nuevos empleos de este sector, ya que superan los 40 puntos y en algunos casos los 80 puntos.
La variabilidad de las brechas sectoriales entre municipios es compleja: la principal tendencia de variación se asocia al signo de brecha de empleo en Servicios y en contrato temporal, que diferencia los municipios feminizados de los masculinizados. Una tendencia de variación secundaria de las brechas en el empleo en Agricultura y contrato indefinido opuestas a la de la brecha en empleo en Construcción, que son bastante independientes de la tendencia anterior. Es poco relevante la contribución de las brechas de empleo en Industria y en contrato convertido a indefinido.
El 60% de los municipios que crea empleo es masculinizado, y representa al 90% de la población regional
Para sintetizar esta variabilidad en las brechas del empleo y tipos de contrato en los diferentes sectores, se han clasificado los municipios en tres tipos, con una distribución en general muy repartida por la región, como se aprecia en el visor. El tipo A agrupa los municipios con ‘Masculinización intensa agraria, feminización moderada en servicios y masculinización ligera en empleo temporal’ (un tercio de los municipios y un 20% de la población) que, aunque repartido por la región, predomina algo más en las provincias de Albacete, Toledo y Ciudad Real. El tipo B, ‘Masculinización ligera agraria y moderada en construcción, y feminización intensa en servicios’, es el predominante (40% de los municipios y alrededor del 60% de la población), y también está muy repartido por la región. El tipo C, ‘Masculinización ligera en servicios y en empleo temporal’ (un tercio de los municipios y un 20% de la población), se concentra sobre todo en las provincias de Guadalajara y Albacete.
Estos resultados expresan un mercado laboral con una distribución por sexos del empleo idiosincrática en el territorio, derivada de características locales y comarcales en la actividad económica. Aunque las brechas sectoriales en el empleo puedan coincidir con una segregación horizontal en el empleo, como sugieren en parte los tipos A y B, también refleja una complejidad y heterogeneidad territorial que invita a huir de tópicos simplistas para abordar el empleo con un enfoque de género riguroso.
Se ha utilizado el índice de representación para medir el grado de participación de cada sexo en el empleo sectorial respecto al total. La Figura 3 muestra el valor promedio de este indicador en cuatro sectores de actividad. Difiere entre sectores para un mismo sexo y entre sexos dentro de un mismo sector.
El empleo masculino promedio por municipios en Agricultura y Construcción es similar al empleo masculino total, mientras que en Industria y Servicios existe una moderada infrarrepresentación; la situación es más desfavorable en términos relativos en estos sectores porque el empleo masculino sectorial representa entre el 60-70% del empleo masculino total.
En cambio, el empleo femenino en Agricultura y Construcción es más desfavorable para las mujeres que los hombres, ya que existe una intensa infrarrepresentación que representa alrededor del 20-40% del empleo femenino total. En Industria también existe infrarrepresentación y es menos desfavorable, alrededor del 50% del empleo femenino total. En Servicios sucede lo contrario, una sobrerrepresentación del empleo femenino, en concreto existe un 44% más en promedio que en el empleo femenino total.
En otras palabras, las mujeres acceden al empleo con una intensidad relativa mayor que los hombres en el sector Servicios, mientras que en los demás sectores su acceso relativo es más desfavorable que el de los hombres.
El impacto de la pandemia es un factor que podría haber influido en parte en la brecha en el empleo medida. Sin embargo, la coherencia de la variabilidad geográfica y con los resultados de las brechas en el desempleo, sugieren que la brecha de género en el empleo es una realidad estructural en Castilla-La Mancha, no coyuntural.
Las brechas de género en el empleo y desempleo son las dos caras de la desigualdad laboral. Representan la prevalencia de la discriminación indirecta de las mujeres en el mercado de trabajo de Castilla-La Mancha.
Estos resultados nos alertan de la importancia de conocer la realidad local, concienciar a las empresas y articular políticas públicas con las Administraciones locales, por iniciativa propia o bien mediante la colaboración con otras Administraciones. Esta opción es coherente con la atribución de competencias en materia de promoción de la igualdad de oportunidades que ostentan los Ayuntamientos.
Dr. Javier Montalvo, Profesor de Ecología de la Universidad de Vigo y Director de la Fundación Matrix
Gdo. Pablo Estévez, Investigador de la Fundación Matrix
Mtr. Yolanda Diz, Especialista en Igualdad de la Fundación Matrix
Artículo divulgativo del proyecto de investigación BRELA-CLM, subvencionado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, realizado por la Fundación Matrix, Investigación y Desarrollo Sostenible.
*Actualizado 02/02/2022
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